Maestros Artesanos - Eulogio Chi Tzel

Eulogio Chi Tzel nació el 13 de septiembre de 1944, en Bécal, Calkiní, Campeche; cuarto hijo de cinco que tuvo el matrimonio formado por Estanislao Chi y Catalina Tzel Canché, originarios de la comunidad de Tepakán, en el municipio de Calkiní. Sus hermanos son: Hipólito, Marcelino, Rafaela y Seferina.

Estaba en sus andanzas de niño cuando conoció a Crispín Chi. Un día, éste lo inscribió en una escuela que funcionaba en una casa particular; actualmente, la “Carlos Rivas” tiene edificio propio. Eulogio fue un alumno sobresaliente en la institución educativa. 

Su hermano mayor le enseñó a tejer sombreros de jipi; cuando aprendió a confeccionarlos, Hipólito comenzó a pagarle 50 centavos, luego $1.00 peso por cada uno.

Su hermano Marcelino lo ocupó a tejer sombreros finos, y Eulogio empezó a trabajar de cuatro partidas.

Conoció a Manuela Pool Mijangos, quien tejía sombreros de huano. Al casarse, ella se dedicó más a elaborar curiosidades como los llaveros de diferentes formas. Sus cuatro hijos, Sergio Azael, Miriam Esther, Lorena y Emmanuel, hacen artesanías en sus tiempos libres.

En 1993, Chi Tzel se interesó en los concursos artesanales, en los que también participa su esposa; han hecho un equipo muy competitivo en la exposición y venta de productos en ferias de la región y del país.

En octubre de 1994, Eulogio ganó el segundo lugar en la categoría de Fibras Semiduras, en la Exposición y Concurso Nacional de Artesanías, en la ciudad de Toluca, Estado de México.

El 26 de agosto de 2001 recibió un diploma por haber obtenido el Segundo Lugar en la categoría de Fibras Vegetales de la II Edición del Concurso Regional “Los tintes naturales del Sureste de México”, celebrada en San Cristóbal de las Casas, Chiapas.

El 12 de octubre de ese año, por su creatividad, calidad y diseño de su trabajo, ganó el Segundo Premio Estatal de Artesanías “Cultura Maya del Estado de Campeche”, en la rama de Fibras Vegetales.

El 2 de agosto de 2002, en México, D.F., la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), a través del Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (FONART) le otorgó un diploma por haber obtenido el Galardón Estatal “Campeche”, en la categoría Fibras Vegetales de la III edición del Concurso Regional. El 17 de octubre del mismo año, en la capital del país, las dos instituciones le entregaron otro diploma, por obtener el Primer Lugar en el Concurso Nacional de Arte Popular, en la categoría Fibras Semiduras.

Del 28 de abril al 6 de mayo de 2004, formó parte de la delegación de Campeche, encabezada por el gobernador, que visitó Berlín, Alemania. En octubre, ganó el 2° Lugar en la categoría Fibras Vegetales Duras y Semiduras del V Concurso Regional “Los tintes naturales del Sureste de México, celebrado en la ciudad de Campeche.

El 19 de marzo de 2006, en el marco de los festejos del Día del Artesano, el Gobierno del Estado de Campeche el otorgó un reconocimiento por su destacada y constante participación en el medio artesanal del estado de Campeche, contribuyendo así al desarrollo del mismo. En octubre, fue recipiendario del Galardón del Sexto Premio Estatal de Artesanías “Cultura Maya del Estado de Campeche”, efectuado en la capital de nuestro estado.

El Servicio Nacional de Empleo lo ha invitado durante tres años consecutivos a impartir cursos. En el 2009, fue instructor en el curso de tejido de sombreros de jipi de 3 y 4 partidas, en la localidad de Santa Cruz Ex Hacienda, y recientemente en la villa becaleña.

El 27 de octubre de 2010, con la pieza “Recordando a Cuba”, recibió de nuevo el Galardón del Premio Estatal de Artesanías.

En junio de 2011, la SEDESOL, a través del FONART, le entregó un reconocimiento por obtener el Segundo Lugar en el Tercer Concurso Nacional Fibras Vegetales de México Tejido y Torcido Artesanal. Un mes después,

Junto con su esposa, Eulogio fue incluido en el libro “Maestros Artesanos en Campeche” (ediciones del 2003 y 2006); y participó en el DVD “Arte Popular en Campeche”, documental producido en el sexenio del gobernador Jorge Carlos Hurtado Valdez (2003-2009).

Hace dos años fue nombrado Tesoro Humano Vivo de Campeche.

El 30 de noviembre de 2018, el Ayuntamiento de Calkiní le otorgó la Medalla al Mérito Ciudadano.

Bécal es una pequeña población ubicada a 95 kilómetros del Puerto de Campeche, distinguida porque gran parte de sus habitantes se dedica al tejido de sombreros con fibras jipi (carludovica palmata) desde finales del siglo XIX.

Ahí, en esa comunidad, se localiza uno de los tejedores más reconocido, Eulogio Chi Tzel (1944), por su especialidad en la elaboración de sombreros de jipi de tres y cuatro partidas, los cuales requieren de gran destreza manual y talento artístico debido al finísimo tejido.

Orgulloso, cuenta en entrevista Don Eulogio, quien es conocido como el “Gran Maestro”, que este oficio lo inició cuando tenía 11 años, gracias a que sus hermanos le enseñaron y siguió en él por gusto y necesidad de criar a cuatro hijos. Así, se convirtió en una manera de obtener ingresos y con el gusto de compartir sus conocimientos.

En este camino de más de 60 años, Don Eulogio ha recibido alrededor de 19 reconocimientos, entre los que destacan el Galardón del Premio Estatal de Artesanías y el Segundo Lugar en el Tercer Concurso Nacional Fibras Vegetales de México, Tejido y Torcido Artesanal.

Esto, además de ser reconocido como uno de los “Tesoros Humanos Vivos de Campeche”, cabe destacar que este último reconocimiento, que ha sido promovido con un documental, pertenece a una acción de preservación, apegada a los acuerdos de la Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO de 2003, el Programa de Desarrollo Cultural Maya, constituido por los gobiernos de los estados de Campeche, Tabasco, Quintana Roo, Yucatán y el Gobierno de México.

El artesano presentó el proyecto Preservación de los tradicionales sobreros de jipi, el cual fue beneficiado por el Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias (PACMyc) Campeche.



El objetivo, explica Eulogio, es la elaboración de sombreros de jipi de diferentes partidas para fortalecer esta tradición, al tiempo de impartir talleres a 10 mujeres para preservar estos conocimientos de generación en generación.

En promedio, al año realiza alrededor de 48 sombreros de cuatro partidas, su especialidad. Un sombrero de estas características requiere de un mes de elaboración debido a los diferentes procesos que necesita.

Se trata, dice, de un trabajo que requiere precisión milimétrica, que debe ser auxiliada por un palillo de madera para separar cada una de las finas hebras del brote, en dos, tres, y hasta cuatro partes, dependiendo del sombrero que se quiera tejer, “entre más partidas tenga el cogollo (brote) más laborioso y caro será el producto final”.

Una vez realizado el separado de las hebras se procede a blanquear la fibra, después se meten a cocinar durante tres horas en azufre.  “Ya que se cocinó se pone al sol, se deja 15 minutos de cada lado para que quede blanco. Terminado ese tiempo los extendemos en unas sogas para que les de otro rato el sol, así está tres días y después se vuelve a meter al cajón para cocinarlo tres horas para que termine el proceso de blanqueado”, explica.

El proceso continúa con el entintado, ya que se tiene las fibras listas se comienza el tejido del brote, lo que debe realizarse bajo tierra. "Es necesario ocupar la cueva para que el material pueda estar hidratado y pueda tener la flexibilidad necesaria, de lo contrario estaría muy tosco, muy quebradizo", este proceso puede llevar de dos a 12 horas.

 “Mi objetivo es seguir promoviendo e impulsando lo que es la artesanía, no dejarla estancada y no ser egoísta, por eso propuse compartir mis conocimientos a las demás personas para que cuando llegue el tiempo de mi muerte mis conocimientos no se mueran conmigo”, finaliza.


Comentarios