Recordando los rostros de las artesanías en Campeche


Rita María Calán Tuyub

Bécal, Calkiní, Campeche.


El tejido de las fibras naturales es una actividad milenaria en todas las culturas, el hombre cubriendo sus necesidades de almacenamiento y conservación, aprendió a trabajarlos convirtiéndolos en artí­culos de  uso habitual. Descendiente de una familia de tejedores de palma de Jipi y huano, doña Rita María Calán Tuyub es un ejemplo de lo que se puede lograr cuando se tiene el deseo de superación. Como muchas mujeres del lugar, ella aprendió la actividad desde pequeña con las enseñanzas de su madre. Hoy en día des empeña su labor como maestra del tradicional arte del tejido en  fibras vegetales, el trabajo familiar se enriquece con el apoyo de su esposo e hijas quienes colaboran con la producción artesanal. Parte de la jornada de trabajo transcurre en el domicilio de la familia, la habilidad con la que hacen sombreros y diversos artículos de jipi y huano, se manifiesta en el gusto y dedicación al seguir un proceso que combina lo heredado y lo aprendido con el paso del tiempo. Con singular cuidado doña Rita selecciona el material adecuado para determinado producto, que le entregan previamente rayado por personas que se  dedican a ello, este rayado transforma el cogollo en finas hebras que, dependiendo del número de partidas aumentan la calidad y complejidad de la pieza; Éste es el primero de muchos pasos a seguir. Meticulosamente continua con el blanqueado de la palma del que nos relata que, afuera de su casa, se realiza en un cajón, lugar cerrado que permite azufrar la fibra para luego al calor del sol tenderla y secarla perfectamente bien. La artesana para darle valor agregado y vistosidad tiñe las palmas con tintes naturales y anilinas que distribuye entre otros artí­fices miembros de su grupo y en la misma comunidad.



Como muchos otros artesanos de Bécal, ya no tiene la necesidad de salir a buscar la materia prima para sus artículos, ya que los adquiere en el mismo pueblo con un proveedor. La humedad de la cueva, especialmente excavada en su patio, le permite trabajar mejor la fibra y pasa interminables horas tejiendo milagros con las manos. El lugar es testigo fiel del cúmulo de palmas convertidas en caprichosas formas que la imaginación de doña Rita evoca. La artesana conoce una gran variedad de estilos y diseños. Tejer una pieza fina como un sombrero de cuatro partidas le implica dedicación y habilidad, ya que la herramienta principal son las manos ayudadas con un molde, generalmente de madera dura, que le permite dar la medida de copa. El “sobador” que la mayoría de las veces es una concha de caracol, lo emplea para tensar el tejido de la fibra. Para satisfacer la demanda, realiza también sombreros de una y dos “partidas” en distintos modelos, además de curiosidades que gustan en eventos artesanales. El tiempo invertido rinde sus frutos al ver elaboradas piezas de gran aceptación por su belleza y calidad. Para terminar con el proceso del sombrero antes de su comercialización, el grupo cuenta con una planchadora a gas butano, trabajo que involucra seleccionar los modelos que tendrán las piezas finalmente. Este paso lo lleva a cabo el esposo de doña Rita, don Luis Miguel Tucuch Herrera, quien nos dice que hay que saber con precisión el tiempo que requiere en la plancha el producto; los moldes son calentados para recibir la pieza, con ello complementa la actividad artesanal. Con motivo de la Feria del Jipi, que se celebra en los meses de abril y mayo en Bécal, festividad netamente artesanal, se realiza un certamen de belleza para elegir a la embajadora de las fiestas, el toque singular del evento es que las concursantes deben de llevar en su atuendo la mayor cantidad de piezas hechas con jipi, como aretes, diademas, pulseras, zapatos, anillos, sombreros entre otros, permitiendo el despliegue de las dotes de artesanos tejedores de la comunidad. Doña Rita nos señala con orgullo que este año, 2003, elaboró los accesorios de la joven ganadora.


Actualmente la artesana es parte de la Unión de Artesanos “Ube Meya” y de la agrupación Bel-há. Ha concursado en diversas muestras artesanales estatales y nacionales, logrado varios premios, en el que se destaca el obtenido en el Concurso Nacional “Las Manos de México”. Con su familia y personas del grupo al que pertenece, cercano al corazón de la comunidad de Bécal, cuentan con un establecimiento de artesanías típicas en donde todos comercializan su trabajo. La superación, característica principal de doña Rita, la han llevado a participar en importantes cursos de capacitación artesanal, en los que sobresalen los intercambios culturales con los países de Ecuador y Dinamarca. En su afán por enriquecer y compartir sus conocimientos, ha enseñado la actividad dentro y fuera de la comunidad.

La Artesana nos menciona:..“Uno de mis más grandes deseos es continuar aprendiendo y enseñando, porque pienso que capacitando a las nuevas generaciones es la única forma de que no se pierda la artesanía y se olvide una actividad tan hermosa”. Doña Rita, acompañada de sus dos hijas están conscientes de la responsabilidad que llevan a cuestas al ser parte de una gran familia de artesanos, poseedoras de los secretos que la cueva guarda para sus tejedores.


Extracto del libro “Arte Popular en Campeche” Primera edición 2003.


Comentarios

Entradas populares